HECHO EN MÉXICO

UNA BREVE HISTORIA DE LA MÚSICA INDUSTRIAL MEXICANA

En STATIK, celebramos el reciente éxito de Prayers y el movimiento Chologoth. Aunque también reconocemos que la historia de la música gótica-industrial en México es anterior a él por décadas. De hecho, documentar exhaustivamente la historia de la música electrónica alternativa del país requeriría numerosos volúmenes y tomaría muchos años. Reducirla a un enfoque sobre la música industrial, como lo hemos hecho aquí, al menos facilita el debate. Para ayudarnos, hemos reclutado a uno de los expertos más importantes del mundo en el tema, Luis “Bishop” Murillo, miembro del grupo experimental mexicano Oxomaxoma. Además de su proyecto musical, Murillo también es investigador, propietario del sello Subunda ​​& Breakbeats, remixer y académico. Actualmente colabora con Sector Industrial Producciones y se encuentra escribiendo un libro sobre la música electrónica en México. Es una reconocida autoridad en la materia, cuya presencia es una fuerza vital que ha superado épocas, estilos y tendencias. Juntos, hemos intentado diligentemente capturar la historia tal como sucedió en realidad, e invitamos al lector a desmenuzar este iceberg por su cuenta. Hay mucho más esperando por ser descubierto bajo la superficie. Entonces, sin más preámbulos, profundicemos.

      México es el décimo país más poblado de la Tierra, con 126 millones de personas y con el mayor número de hispanohablantes que en cualquier otro lugar del mundo. Al considerar su legado gótico-industrial, examinaremos tres de sus principales ciudades: Tijuana (Tj), la ciudad capital (CDMX, antes Distrito Federal) y Monterrey (Mty).

      Si bien no comparte la misma proximidad con la frontera de EE. UU. que Tj, Monterrey está a menos de tres horas en automóvil de Laredo, Tx. Tradicionalmente, la ciudad ha demostrado ser una grande fensora de la música rock. Durante muchos años, el Bar Iguana presentó frecuentes conciertos en vivo, incluidos algunos espectáculos industriales. Sin embargo, cuando se trata de música electrónica, el público de Monterrey generalmente ha preferido la de naturaleza más comercial: techno, house, et cétera. Por estas razones, nuestra historia se centrará principalmente en las ciudades de Tijuana y CDMX.

Nuestra historia comienza en la década de 1980....

El linaje industrial de Tijuana tiene sus raíces en grupos como Artefakto (en los ochenta era Artefacto, como se puede leer en la portada de su primer álbum Synthesis) y Ford Proco, dos bandas con amplio alcance nacional e internacional. Hoy en día, en Tj existen varios proyectos de influencia industrial, que van desde el futurepop (Electrovot, EgoBliss) hasta el hardcore (Exemia, NOIZ+ZILENTH).

“Creamos nuestra propia escena”, recuerda Roberto Mendoza de Artefakto, “involucrándonos en fanzines (El Centro de la Rabia, Entracte) y programas de radio (Sintonía Pop, Noarte) y tocando en lugares como el legendario Río Rita. Luego estuvo el recinto Iguanas que trajo conciertos de grupos internacionales como Moev, Front 242, Psychic TV, Pigface y otros."

“Tuvimos algunas colaboraciones transfronterizas con bandas de San Diego como Sweat Engine”, continúa Mendoza. “En cuanto alresto de México estábamos un poco desconectados. Las noticias musicales nos llegaban a través de revistas nacionales como Sonido, Conecte o La Rock Agenda, o a través de nuestras amistades con otros grupos industriales”.

En el caso de la capital, la escena seremonta a la segunda mitad de los años 80, principalmente a través de grupos como Década 2 e Interface. (No el acto de Futurepop con sede en Nueva York -ed.) Aunque también se debe hacer una mención honorífica a La Función de Repulsa —originaria del Estado de Tamaulipas— un grupo de crossover en el que era evidente un embrionario sonido industrial.

En los últimos días de los 80 y primeros de los 90, ya habían surgido bandas como Deus Ex Machina, Gestalt, LLT y Conditus, aunque estas dos últimas se movieron más hacia el techno con el posterior inicio de la cultura rave. También en escena estuvieron grupos que ya conocerán los aficionados actuales al género, como Cenobita. Otros notables pero menos reconocidos de la época son: Portent, Kristi Artefactum, ENceFaLisiS y Soucerx. En mayo de 1995, muchos de estos artistas, junto con los ya mencionados Deus Ex Machina y Oxomaxoma, se unieron para fundar la Cørporación, un colectivo/sello fundamental para la continuidad y evolución del género en el país.

C-Lekktor es un proyecto de principios de milenio. Al igual que sus compatriotas, Amduscia y Hocico - quienes firmarían con Out of Line Records - la banda alcanzaría fama internacional. Markko, el líder de la banda, recuerda aquellos primeros días: “La Cørporación era el único colectivo de esa época centrado en ayudar y apoyar a bandas de este género”, recuerda. “Se ayudaban mutuamente para crear las bases de la escena electrónica. Fue algo revelador para mí”.

“Existían escenas sólidas de metal, punk y rock, pero ninguna de músic a industrial/electrónica”, explica Claus Bita, uno de los fundadores de la Cørporación, el principal compositor de Cenobita. “Éramos un grupo de personas que trabajábamos juntos por nuestros propios intereses para promover y difundir la música electrónica industrial en la Ciudad de México”, continúa. “Para quela gente fuera consciente de la música y el arte que estábamos creando, necesitábamos construir todo desde abajo hacia arriba. Nuestro lema era 'de las bandas, para las bandas'”. Muchos otros proyectos que después continuaron se inspiraron en el trabajo colectivo de estas primeras bandas”.

Casi al mismo tiempo, dos primos locales, Eric “Erk” García y Oscar “Racso” Mayorga, comenzaron a crear una fusión agresiva e inteligente de música industrial y EBM. Llamaron al proyecto Hocico de Perro (luego abreviado simplemente a Hocico) e hicieron su debut en febrero de 1994, en una fiesta en el patio trasero de la casa materna de García.

“Nosotros nos hicimos cargo de todo”, recuerda García. “Desde montar el escenario hasta crear folletos y vender entradas. La llamamos Cyber Punk Night para captar la atención de la gente y terminamos con una multitud de entre 100 y 150 personas”.

“Recuerdo sentirme abrumado; incapaz de moverme ni de levantar la vista del suelo”, reflexiona. “Mirando hacia atrás, fue una noche que inició la historia de nuestra banda. Estoy muy agradecido con mi mamá por aceptar ser anfitriona de este evento, a pesar de que esa noche surgieron algunos momentos salvajes y hubo daños a la propiedad”.

La escena musical creció gracias a estos eventos de "hazlo tú mismo" y al trabajo de Cørporación, así poco apoco se sumaron más artistas y DJs. Finalmente, apareció un festival de música en 1995, el Encuentro de Arte y Música Electrónica, evento que introdujo el estilo a un público más amplio. Organizado en el Museo Universitario del Chopo, el festival contó con bandas como Cenobita y Digitus Lex junto con varios otros artistas y tuvo un éxito abrumador.

Otros promotores (Nekropolis, DSH, Metrópolis, Terminal) seguirían extendiendo los tentáculos industriales desde la Ciudad de México hasta Jalisco y Puebla. A medida que la música proliferaba, se sembraban las semillas de una comunidad. En aquellos primeros días, los promotores, los artistas y los fanáticos industriales eran a menudo más, un atribu sonoramente incestuosa de desviados musicales.

Durante esta época, la radio comercial dominó las frecuencias públicas y sirvió como medio principal para socializar canciones y artistas. Las grandes ciudades fueron a menudo las beneficiarias demedios de programación progresistas que no temían traspasar los límites de la música popular. Me vienen a la mente el KROQ de Los Ángeles o el WLIR de Nueva York. En la Ciudad de México, esta bandera fue llevada por la legendaria estación de radio Rock 101 en FM, que presentaba programas especializados al medio día dedicados a estilos musicales subterráneos globales.

“¿Te imaginas música industrial como Skinny Puppy o Ministry sonando en la radio a las dos de la tarde?” —exclam Erk—. “Eso se convirtió en nuestra puerta de entrada a la escena musical underground. Ahí es donde realmente desenterramos los tesoros de la música industrial, a través de las frecuencias de radio”.

Al igual que en Estados Unidos (EE.UU.), los fanzines y revistas hicieron sus propias contribuciones. Durante la infancia industrial del país, editoriales como Conecte, Sonido y Atonal desempeñaron un papel en la exposición del género. Aquellos interesados en explorar más a fondo esta cultura se encontraban en tiendas de discos (Hip 70) y librerías (Ghandi, El Sótano). Además de los bares de barrio, también se utilizaron numerosos centros culturales locales para promover esta forma de arte.

“Los pioneros de los años 80 en la Ciudad de México”, informa Bishop, “se presentaron en bares o foros culturales como El Hijo del Cuervo, El Ágora, Tutti Frutti y El 9, entre otros”. En aquellos días, los artistas estaban dispuestos a actuar en cualquier lugar que se les permitiera. Eso incluía universidades y museos (Museo Universitario del Chopo y Universidad Nacional Autónoma de México), pero —curiosamente— no existían clubes nocturnos originalmente con este perfil.

“En aquel entonces no había clubes como tales”, dice Bishop a STATIK. “Esos no aparecieron hasta los años 90: lugares como LUCC (La última carcajada de la Cumbancha), Rock Stock, Dynamo”... o el legendario club Dada X en el Distrito Federal, conocido por albergar conciertos en vivo y DJ's internacionales, incluido Rexx Arkana.

Así era la vida de los primeros aficionados a la música electro-goth-industrial: alimentar el amor por elgénero requería participación activa. En la época anterior a internet, uno buscaba lo industrial donde quiera que pudiera encontrarlo. (O tal vez, como algunos creen, lo industrial te encuentra a ti). Eduardo Leiva, cantante principal de la banda peruana Arian 1, relata su experiencia viviendo en algunos países de América del Sur: “En los años 90, había estas fiestas privadas en Maranga y Distritos de San Miguel de Lima. Podrían ser pequeñas, pero eran geniales. La música era genial y la gente también. Fue el mejor momento de mi vida”.

Finalmente, ninguna historia de la música industrial mexicana estaría completa sin el debido crédito a la distribuidora y sello Opción Sónica. Fundado por Edmundo Navas en 1987, OS apostó por muchos proyectos de vanguardia que otros no aceptarían. También licenció distintos discos del extranjero realizados por sellos independientes como Crammed Disc e Hyperium para lanzarlos en México.

“Realmente eran la única opción para llevar nuestra música a las tiendas, tanto dentro como fuera de México”, afirma Mendoza. “Edmundo siempre fue muy receptivo a propuestas alternativas e independientes, desde el jazz hasta el rock. Opción Sónica fue el principal impulsor de la escena electrónica de aquella época; desde Jorge Reyes hasta Deus Ex Machina y Artefakto”.

El escenario industrial mexicano de hoyes muy diferente. Los avances tecnológicos —ninguno más importante que internet— han creado una ubicuidad en la música hasta ahora no experimentada en la historia. Sin las demandas financieras y tecnológicas del equipo degrabación o de los productos físicos, los artistas independientes contemporáneos pueden escribir y lanzar su propia música con facilidad. Donde antes había unos pocos artistas o sellos discográficos, ahora se pueden en contrar muchos más.

El DJ y productor de la CDMX Dimitri Berzerk ha tenido asiento en primera fila en esta evolución. Desde 2005 ha actuado en más de mil eventos y también es co-fundador de la popular discoteca local El Real Under. "Estamos atravesando una etapa de transición", informa. “El relevo generacional ha jugado un papel importante. A medida que el cruce tecno-industrial se ha vuelto popular, los jóvenes han comenzado a llegara la escena mientras que muchos mayores se están retirando de ella. Esta es una evolución natural que ayuda a mantener la escena fuerte y fresca, pero aumenta nuestra responsabilidad de preservar sus raíces”.

Hoy, los entusiastas de la música industrial mexicana moderna tienen muchas opciones: Foro Bizarro, La Mezcalli, El Scary Witches, La Calaca, El Black y otros. Los visitantes encontrarán fiestas con temas de escenas oscuras cualquier fin de semana en toda la ciudad, que a su vez continúa beneficiándose de una comunidad rica y apasionada. Dicho esto, todavía hay gran margen de crecimiento, según Claus Bita: “Creo que hay potencialmente miles de personas que podrían abrazar la música industrial. Simplemente no lo saben todavía”.

“Los mexicanos se conectan profundamente con la energía y la esencia de esta música”, cree García. “Resuena con quienes enfrentan los desafíos de una vida estresante o viven en entornos restrictivos. Este género tiene una notable capacidad para sanar el espíritu y restablecer elequilibrio emocional. México es el lugar que dio forma a nuestra expresión musical y su influencia aún resuena en nuestro trabajo hasta el día de hoy”.

written by Rexx Arkana

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